La temporada de Peñarol en la Liga Nacional de Básquet concluirá sin pena ni gloria el próximo lunes en el Polideportivo “Islas Malvinas” cuando reciba a Riachuelo de La Rioja y sin jugar play-off.
La leve esperanza de llegar a la postemporada del elenco “milrayitas” se desvaneció anoche con la caída de Olímpico de La Banda a manos de Regatas Corrientes. El elenco “fantasma” se impuso por 98-74 y, al mismo tiempo, selló la eliminación del elenco santiagueño.
Peñarol necesitaba que Olímpico ganara los dos partidos que tenía pendientes porque sólo podía aspirar a llegar a play-off en un eventual desempate al que también arribara el conjunto bandeño, el único con el que tenía una buena ventaja para la definición olímpica.
Finaliza, en consecuencia, una Liga con gusto a poco para el equipo marplatense. Sus seguidores le daban un amplio crédito después del excelente papel desarrollado en los play-off de la última temporada.
Sin embargo, reemplazar a jugadores como Joaquín Valinotti, Tomás Monacchi y Diamon Simpson, quienes le daban cuerpo defensivo al equipo, resultó traumático a lo largo de todo el torneo.
Lo extraño del caso fue que Peñarol logró surfear la etapa de mayor inestabilidad, mientras los extranjeros iban y venían, y no dio el salto de calidad que se aguardaba cuando se sumaron Luciano González y Roberto Acuña para darle la fisonomía definitiva al plantel.
El primero se perdió varios partidos por lesión y el rendimiento del pivote estuvo por debajo de lo esperado. Y una serie de inesperadas caídas como local (Union de Santa Fe, La Unión de Formosa, Platense y Ferro) lo condenaron a mirar la postemporada por televisión.
Diario La Capital