Bajo el título de : “Fútbol de dirigentes y políticos” el columnista del diario cordobés La Voz del Interior, en la sección Deportiva, desmenuza cuestiones y miserias, tras la muerte de Julio Grondona, que hoy afectan, desde la Primera División, hasta los certámentes Federales, en donde sugiere que hubo “incentivo” de Talleres a Ferro de Pico para que ponga a los titulares y para que jueguen, como jugaron, frente a los “Celestes”.

Aquí el artículo de Hugo García:

 “La figura de Julio Grondona y la cantidad de favores que les hizo a muchos clubes a los que salvó de una quiebra o de la vergüenza de no presentar sus primeros equipos, por deberles fortunas a sus explanteles, actuaban como un gran muro para aquellos cuyo su ciclo como autoridad máxima de AFA debía terminar.

La muerte de Don Julio fue interpretada por varios de esos dirigentes para cambiar las reglas, especulando con que Segura no tendría el mismo peso y que al Gobierno, sentado a la mesa de las decisiones por el Fútbol para Todos, se le podría exigir más y más dinero.

Así los clubes grandes, tan protegidos por “el pope”, decidieron atacar el campeonato de 30 equipos que aprobó en vida, con un doble argumento: el deportivo en referencia a los 10 nuevos y el económico porque la plata de la TV se dividirá entre más. Cuando varios de ellos debieran sonrojarse por lo que deben. Los millones que les prestó Don Julio.

El vacío que dejó también afectó a otras estructuras: en el Consejo Federal voló un tipo de su confianza como Gustavo Ceresa. La muerte de su Don Julio y la salida de Ceresa hicieron que Emeterio Farías renunciara a su cargo como representante de las ligas del interior. Su salida fue premonitoria porque las desprolijidades convirtieron en noticia al Federal A.

El calendario del torneo presentó cambios de horarios permanentes, escenarios impresentables, partidos restrictos e irrestrictos, equipos como Alvarado que les debían ocho meses a sus jugadores y otros como Ferro, que invitados a jugar, especularon con la no presentación de su primer equipo y sustituirlo ante Unión por una razón deportiva (clasificarse al siguiente torneo vía un Provincial) o por una expectativa económica como un incentivo que podría haber llegado de Córdoba.

La postergación de Talleres-Unión fue inverosímil. El mismísimo ministro de Seguridad de Buenos Aires, Alejandro Granados, postergó el partido sin más y fue necesaria la aclaración de Aprevide (seguridad bonaerense) de que los 80 efectivos requeridos recién estarían para mañana. Ya no está Don Julio, pero en su última apertura se colaron políticos y funcionarios, que ahora deciden partidos.”